Recientemente tuve el placer de asistir a un magnífico curso de Scrum en el que, como hecho colateral e irrelevante, obtenías el "título" de CSM y podías decir a tus amigos y familia que eras un Certified Scrum Master.
Los objetivos de los dos días de formación, claros:
tras hacer el curso, decidir o que Scrum no era para mí o que Scrum sí era para mí y, utilizando las palabras del profe Alan, decidir comenzar un largo y díficil camino de mejora continua. Precioso objetivo. Frente a esos otros rimbombantes que se solemos colocar -estoy revisando mis ppts...- en la primera transparencia, en este caso era uno (o dos):
1. Esto me sirve o no me sirve.
2. Y si me sirve, no estoy más que al inicio del camino.
Cuando en otros suelen ser:
1. Esto te tiene que servir ( es la verdad)
2. Con esto, lo tienes todo.
Y digo lo de colateral e irrelevante por tres razones:
una, porque efectivamente el único mérito (mío como asistente) es asistir al curso y responder a una serie de preguntas facilicas -como decimos en mi tierra-
y, dos porque efectivamente, una medallita en la solapa (PMP, ITIL, CSM, PPP, REP, TRP, SSI, XXL, PMgP,... -adivinanza: cuales existen y cuáles no...-)
no dice nada si detrás de ella no hay
práctica (99% transpiration Einstein dixit),
errores (los ajenos),
experiencia (como llamamos a nuestros errores, O. Wilde escribió).
y tres, porque el verdadero valor del curso era los principios que transmitía y que resumían magníficamente en los objetivos ya comentados. Porque frente a cursos, profesores,... que vienen con La Verdad y reparten tablas de la Ley (en forma de siglas para poner en la tarjeta), en este caso te contaban una forma de ver la realidad, una de las posibles formas. Y además, te indicaban que, la probaras porque a lo mejor no era tu verdad o no te servía su verdad.
Y aunque te sirviera, te avisaba que la cuestionaras cada día porque cuando las verdades se hacen inmutables acaban en hornacinas, en libros sagrados, en...
Y tiene gracia hablar utilizando símiles religiosos porque tal y como nos comentaba el buen Alan y yo estoy convencido que es así (aunque como Groucho Marx, "soy un hombre de principios y, si no te gustan, tengo otros"), realmente lo importante de CSM, PMP, REP, RIP o LQS (Lo Que Sea) son sus principios, no sus técnicas.
Técnica sin espíritu, vacío ( “We have guided missiles and misguided men" M. Luther King Jr).
Sin cuestionamiento de lo que hacemos, callejón sin salida.
Vaya sermón de la montaña me ha salido... y seguro que,
como pasaba en esta magnífica escena de mis amigos de Monty Python...
http://www.youtube.com/watch?v=slbMe-aTY1A
mi verdad será malinterpretada y acabará siendo difundida de cualquier manera...
cuando el protagonista de la peli... alaba a los peacemakers pero sus fieles entienden... cheesemakers...
En fin, que el CSM que recibí yo lo rebautizaría como Common Sense Management (más bonito que el tambien grandilocuente nombre original). Y como hoy hablamos de principios (no finales) de la gestión, ¿qué os parecen estos:
humildad intelectual,
colaboración,
transparencia,
comunicación,
responsabilidad
...
dnl
PD. las medallitas suelen ser bien ganadas y suelen hablar de méritos y suelen reconocer unos conocimientos bien precisos pero si nos quedamos mirándolas....
La gestión de proyectos es una actividad apasionante e intensa, como la vida. Con momentos malos y cositas buenas. Cada día aprendes algo nuevo (esto es, te equivocas en algo diferente, lo que es bonito). Lo malo es cuando tropiezas con una piedra ya conocida. En este blog encontraréis textos sobre gestión de proyectos propios y textos que, habiendo leído, me parece interesante compartirlos con vosotras y vosotros
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Daniel que te parece este ejemplo de Common Sense Management
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=ULLsucrwSf4
Sr. lobo en Pulp Fiction
juanjo