28 de abril de 2011

Obediencia pensante, Obediencia Inteligente: Contradicciones de términos o sensatez al cuadrado

Después de haber recibido las sabias palabras del CEO del Grupo Chandome y haber escrito la carta a SSMM Los Reyes Magos (o Santa Claus o San Nicolás o….) para tener un jefe que pensara y aplicara aquello de M. Gratton

“No habíamos estado utilizando nuestros (recursos) humanos. Un enfoque adecuado en la misión liberó su potencial. Ha sido una forma fantástica de lograr una ventaja competitiva real dejando a la gente libertad para explorar el “cómo” una vez que te has asegurado de que entienden perfectamente el “porqué”

Y como sé que los Project manager tenemos esa curiosidad innata que nos lleva a preguntarnos el origen de las cosas y no perdemos una oportunidad de aprender, os cuento dónde comenzaron esas nuevas formas de dirigir en el ejército que luego pasaron, como casi todo, a la empresa.

El origen de la Mission Command surge con el palizón que Napoleón le dio al ejército prusiano en las batallas de Jena y Auerstad en 1806 (antes de ayer… yo ni había nacido… como solía decir mi abuelo Ricardo).

Bonaparte, el Corso, revisando orgulloso sus tropas vencedoras


Con el dolor (escozor más bien) y la humillación de la derrota el ejército prusiano inició medio siglo de búsqueda-de-si-mismo (tal había sido el aplastamiento al que le había sometido el pequeño pero listo y endiablado corso) y concluyeron que su ejército, hasta entonces, había sido una organización atada por rígidos procedimientos. Un engranaje basado en los principios maquinistas instaurados por Taylor y que dominaron las estructuras jerárquicas de las empresas a mediados del siglo XX (bueno…. Hay alguna que todavía anda así…).

Como contraste, el ejército francés, no estaba organizado “a lo Taylor” sino que Bonaparte esperaba que sus generales utilizaran su iniciativa y actuaran sin órdenes detalladas siempre que estuvieran en línea con los objetivos globales. Y así lo hicieron, El resultado fue que el ejército galo tuvo una flexibilidad y capacidad de maniobra que volvió loca a la maquinaria-obediente-pero-no-pensante prusiana.

Como los prusianos del siglo XIX y sus herederos alemanes del XX son gente lista y trabajadora y persistente, pensaron (en alemán claro) “esto no vuelve a pasar, este francesito no nos la vuelve a pegar y se inventaron un concepto “Auftragstaktik” (ya con el nombre los enemigos se asustaban…) que lo desarrolló un viejo conocido de mi post, Helmuth von Moltke .



Básicamente, tras el palabro lo que había era una intención de que se fomentara la independencia, el espíritu crítico y la iniciativa de los subordinados al máximo. Este buen hombre, como contaba en un viejo post, dividió a los oficiales del ejército entre trabajadores tontos, trabajadores listos, vagos tontos y vagos listos y, os sorprenda o no, sus preferidos eran los vagos listos –hacían las cosas bien utilizando los recursos mínimos- y a los que más miedo tenía era a los trabajadores listos porque se la podían liar parda en una tarde (los actuales apagafuegos profesionales que les encanta trabajar, trabajar y que todo el mundo esté trabajando sin saber muy bien por qué…).

El astuto general prusiano concluyó que la clave era que las personas de todos los niveles comprendieran perfectamente bien las intenciones del alto mando para que empujaran y tomaran decisiones en la misma dirección.

Escribió que “Auftragstaktik” no quería ser un freno para la iniciativa sino conducirla en la dirección adecuada. Disciplina no quería decir seguir órdenes como borregos sino actuar de acuerdo con los objetivos.

Y empezó a acuñarse el término “Obediencia pensante” o “Obediencia inteligente” (Thinking Obedience). Se distinguió entre órdenes y misiones y los mandos empezaron a hablar de directivas y no de órdenes. Y directivas claras porque ya sabemos que (Meckel, otro general prusiano)

“la experiencia demuestra que cualquier orden que pueda ser malinterpretada,
será malintrerpretada”

Una batalla entre Moltke y Bonaparte hubiera estado más reñida…
danielecheverria

1 comentario:

  1. Que gracia, yo cuando entrevistaba a mi candidatos para los proyectos a llevar a cabo, les preguntaba si se consideraban vagos, precisamente por lo que indicas de acabar en tiempo record con los menores recursos, y se quedaban flipados con la pregunta, no sabían qué contestar :-D
    Eso me recuerda otra frase: " Nadie se escaquea mejor que un informático"

    ResponderEliminar

Si dejas tu comentario, aprenderemos más todos/as