27 de enero de 2011

hablamos de lo mismo cuando hablamos de calidad?

Pon un PMP en tu Empresa y…

30..       seguirá con la calidad pero se sentará contigo para ver si habláis de lo mismo



Como decía dios al sacerdote, no conviene confundir productos con resultados, acciones con objetivos

(yo pienso, con todos mis respetos, que el dios del chiste era un mal jefe porque no le dejó claros los objetivos desde el principio… espero no haber cometido herejía y que el ultra-voz de la conferencia episcopal me castigue sin postre y escuchando los grandes éxitos de María Ostiz en penitencia).

Tu PMP sí que cree que la calidad tiene que ver con si un proyecto se entrega de acuerdo a los requisitos especificados, si se termina a tiempo y, ya para nota, dentro del presupuesto. Y sí que si se cumple todo ello, podemos aventurarnos a decir –no asegurar- que, en principio, en principio, el proyecto ha sido un éxito.

Pero también sabe de muchos proyectos que se ha cumplido la santísima trinidad –tiempo, coste, calidad- y el cliente se ha quedado frío y otras en las que no habiéndose cumplido, el cliente esté encantado con nosotros –y en cambio el jefe nos mire con cara de ogro- o viceversa. No. No cree que la tríada celestial del project management sea el único camino al paraíso (ni que su incumplimiento nos lleve al infierno –donde, por cierto, se encontraría con más project managers…-). De hecho, creo que son una medida incompleta de éxito.

Está convencido –y cuando a un PMP se le mete algo en la cabeza….-de que la medida real del éxito o no del proyecto es si proporciona valor a la organización y al cliente. Y la definición de valor es diferente de organización a organización.

Para algunas organizaciones, el éxito de un proyecto puede ser medido en términos de retorno de la inversión obtenida por los ingresos obtenidos con el proyecto, para unos los beneficios a corto plazo –sangrando al cliente o no- y para otros los beneficios a medio-largo plazo (dejándole con sangre al cliente y fidelizándolo), para otros puede ser que sea el dinero ahorrado o incluso un aumento en la capacidad de controlar y seguir los procesos.

Lo que sí es cierto y en eso están de acuerdo todas las organizaciones –y sino, más les vale que lo vayan asimilando- es que cualquiera que sea el valor de negocio se supone que el proyecto para aportar, deben ser identificados y acordados antes de comenzar el proyecto. Si el proyecto no aporta el valor identificado, el proyecto ha fracasado.

Este tipo de medida permite cambios en el alcance y el plazo sin que haya un impacto negativo en la capacidad de los proyectos para proporcionar el valor prometido.

Los líderes del proyecto, y tu PMP es uno de ellos –por eso te cuesta más al mes- se centrará en proporcionar valor empresarial porque tiene una idea muy clara de lo que significa que sus proyectos tienen éxito. No se cree del todo –no me extraña- el misterio (¿por qué lo llamarán así?) de la santísima trinidad y piensa que fuera de ella también hay luz.



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